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dimecres, 8 d’agost del 2018

Proa a San Borondón


Viaje Secreto


Nos hemos tenido que quedar en Canarias y aplazar nuestro cruce del Atlántico (y más allá) para el próximo invierno. Inversora, eje, acoplador del eje, “silent blocs” y más problemas acaecidos desde nuestra salida de Badalona dieron al traste con nuestros planes en términos de tiempo y de presupuesto.

Después del shock inicial, tampoco estaba tan mal; podíamos aprovechar para preparar a fondo el Avenger, nuestro velero. La mayoría de gente que pretende hacer navegaciones oceánicas pasa uno o dos años preparando su barco. Nosotros 3 meses y así nos fue... En fin. Las Canarias son un buen lugar para preparar un barco.

Preparaciones aparte, también se pueden visitar Senegal, Gambia, Madeira, las Islas Selvagem y ... San Borondón.

San Borondón no se encuentra en ninguna carta náutica actual, pero hay referencias sobre ella a lo largo de la historia desde el s.XIII. También ha sido llamada la Encubierta, la Inaccesible, y la Non Trubada.

Mucha gente la ha visto, y ello se achaca a un efecto óptico que se produce en estas latitudes.

Lo que es ir, hace mucho tiempo que nadie se pasa por allí.

Fué en el Saladero (Isla La Graciosa) donde oímos hablar por primera vez sobre San Borondón.
Hablando de otras islas salió una que no consta en los mapas actuales: San Borondón: “Toma rumbo hacia el norte de Tenerife desde aquí, tómate un par de botellas de vino y la encontrarás...” nos dijo Fernandito.
Intrigado, encontré San Borondón en Wikipedia y en otras fuentes más locales, la mayor parte en el marco de la literatura de leyenda (aunque esta isla ha sido cartografiada varias veces entre el s. XIII y el 1755).


Un naturalista Inglés llamado Edward Harvey en 1865, registró unas placas fotográficas que se pueden contemplar restauradas en el libro "San Borondón, la isla descubierta" de David Olivera y Tarek Ode. No he leído el libro pero la portada es muy sugerente.


Cuando por fin el motor estuvo arreglado nos trasladamos desde La Graciosa a Las Palmas de Gran Canaria. Es donde nuestro hijo Gerard se examinaba de segundo de ESO y buen lugar para preparar y reparar nuestro velero. En la casa-museo de Colón se podía ver la legendaria isla en cartografías antiguas y algunos frescos en uno de los patios de la casa.

San Borondón queda a unas 200-400 millas al oeste del archipiélago canario. No pasa por allí ninguna ruta hacia ningún sitio. Google Maps pone la texturilla de océano que suele poner en mar abierto y que no es fotográfica.

Empecé a persuadir a la familia sobre la posibilidad de explorar la zona: podía ser útil para probar las últimas reparaciones y navegar un poco porque los tres tenemos muchas ganas de salir a navegar. De vuelta, podíamos visitar El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife que quedan en medio de nuestro camino para qualquier adversidad...
¡Vendido! Toda una sorpresa después de haber sondeado sin éxito Gambia y Senegal.

Navegar sin Cartas náuticas ni mapas "ni ná".

La información que tenemos para hacer este viaje en el supuesto de que encontraramos tierra como navegante yo la calificaría como muy insuficiente. Una broma. Basura. Además de ser una información que tiene cientos de años de edad.

Varios testimonios nos han dejado descripciones confusas e incompletas sobre San Borondón; por ejemplo un tal Ceballos (Un hidalgo huido de la justicia), que en 1554 afirmó que había estado varias veces en San Borondón, una isla con espesísimas selvas que llegaban hasta el mar y que estaba poblada de pájaros que no tenían miedo de ser atrapados con las manos. En una playa grande y hermosa, vio huellas de gigantes y restos de haberse celebrado una comida en platos vidriados... Leonardo Torriani (ca. 1560-1628), que cuenta el caso de un barco portugués que, llegando a La Palma desde Lisboa en 1525, comenzó a hacer aguas de manera peligrosa y se vió obligado a atracar en la tierra más cercana. Resultó ser nuestra isla perdida, extremadamente fértil gracias a que estaba atravesada por un río que alimentaba enormes y frondosos árboles. Las corrientes marinas alrededor de San Borondón también son de proporciones desmesuradas, como explicó el corsario John Hawkins (1532-1595) cuando afirmó que sólo los piratas, los más experimentados hombres de mar, estaban capacitados para sortearlas y arribar a tierra firme. También Núñez de la Peña (1641-1721) describe las grandes corrientes que rodean la isla impidiendo cualquier acercamiento. Fuente; "Rincones del Atlántico"

En cuanto a la literatura y el cine, la mayoría de estas islas misteriosas estan ocultadas por nubes y plagadas de anomalías magnéticas.

Estoy acostumbrado a saturarme de información sobre las recaladas previstas. Acercarse a una tierra desconocida desde el mar puede ser fatal. Pienso que es cosa de acercarse de día, con buena visibilidad. Con alguien a proa vigilando con gafas polarizadas. Velocidad mínima de gobierno, etc.

Releí un libro que es una recopilación de técnicas de navegación polinesia que es un tesoro para mi; "Nosotros los navegantes" escrito por David Lewis. Los polinesios antiguos realizaban travesías de cientos e incluso miles de millas siendo analfabetos, sin cartas, sin compás, a pelo, orientándose por múltiples indicios que nos muestra la naturaleza. Cambios en el oleaje, ciertos tipos de nubes, el vuelo de los pájaros marinos que duermen en la costa, la posición de las estrellas al asomarse por el horizonte (el llamado compás celestial), o bien arrumbar sólo con el viento, el sol y el oleaje. Los polinesios navegan con éxito hacia islas y atolones de relieves muy bajos y completamente invisibles a mas de 10 millas de distancia.

Encontrar la isla que no está en las cartas en base a indicios que observamos en la naturaleza parece un buen paso...

Todo Listo

Pertrechado el barco para ser autónomos de agua y comida unos 2-3 meses en el caso de tener éxito. Iba a ser un buen ensayo para afrontar más adelante algunas travesías en el Pacífico mucho más largas o estancias en islas remotas deshabitadas...
Visto lo visto, acordamos mantener nuestro plan en secreto (para evitar burlas y cachondeo) y dijimos que íbamos a conocer las islas occidentales del archipiélago...

Mapa meteorológico sinóptico. Nada malo a la vista. Preparamos la ruta...

Total 850 Millas de recorrido. En nuestro velero y con esta previsión meteorológica nuestro software de navegación Sailgrib nos predice 5 días y pico. La vuelta pinta de ceñida pero no está mal. ¡Podremos hacer todo el viaje a vela!

Viento del Nordeste suave y buen tiempo nos acompañan en nuestra salida de Las Palmas de G.C.
Hacemos un par de bordadas para remontar la Isleta sin grandes problemas y luego caemos hacia el oeste. El Avenger coge velocidad con el viento de través y dejamos Gran Canaria por la popa en pocas horas. Sale el sol. Ya estábamos cansados de este cielo de "panza de burro" de Las Palmas. Después dejamos atras Tenerife, La Palma y volamos encima del océano. Música, tripulación contenta y navegada fantástica.

La segunda noche transcurre tranquila, pero la luna se pone pronto y nos quedamos sólo con la luz de las estrellas. El cielo oscurece, parece que hay nubes o neblina. No se ven las estrellas. Abro una botella de vino a la salud de Fernandito. El viento afloja y se vuelve caprichoso. Arriamos las velas y avanzamos a motor a 3 nudos en la oscuridad.
La visibilidad empeora (pienso en las pelis sin decir nada). El barco cabecea de una forma distinta. Observo el oleaje. Ha disminuido. Hace menos viento. La ola principal está sutilmente cruzada. Creo que vamos bien. No tenemos sonda pero pinta que estamos a sotavento de algo. Concentración máxima. No se ve una m... Por suerte falta poco para el amanecer. El AIS en blanco. No hay barcos (con AIS) alrededor. Compruebo el rumbo en el compás, 290. Todo ok, pero la previsión no decía nada de mala visibilidad y el viento se mantenía.
Enciendo el "navtex" (artilugio que recibe partes meteorológicos). La prevision no ha variado. No dice nada de nieblas ni nubes. En fin, sé muy bien que no son infalibles las previsiones. Vamos a probar con la BLU y el módem. Me bajo un grib. Estas previsiones en las que salen las flechitas con el viento, olas y lluvias. Ningún cambio. Estoy ligeramente acojonado y contento al mismo tiempo porque estoy convencido de que nos acercamos a tierra pero es de noche, la visibilidad es mala y no tenemos cartas ni guías. Tampoco tenemos radar. Sería estupendo tener uno. Abro la segunda botella de vino.
A eso de las 6:30 a.m., en pleno cambio de guardia, preparando café descubrimos un acantilado delante de nuestras narices.

¡Tierra a la vista!¡ Nos vamos a estrellar!
Caigo a estribor bruscamente y pongo marcha atrás. Compruebo con el giro del barco que la aguja del compas está suelta como si no tuviera imán. Rocas a babor y estribor. Pruebo con el piloto automático cuyo display me indicaba un rumbo 320º. Piiip piiip error no-se-qué. No puedo ni dar media vuelta. Estamos rodeados de rocas. Hemos superado el punto de no retorno y sólo nos queda seguir adelante (y a flote). No estamos acojonados porque estamos demasiado ocupados cada uno haciendo su trabajo. Gerard en la proa, algunos momentos apenas visible, para guiarme. La visibilidad empeora más. No sabemos donde está el sol. Sugiero a Esther mandar un Mayday por radio, pero el GPS está buscando satélites y por lo tanto no tenemos posición. "¡Es igual, a ver si alguien responde!". No hay respuesta.
Por suerte el oleaje ha bajado mucho y avanzamos a 2 nudos creemos. No tenemos corredera, usamos el GPS normalmente para saber nuestra velocidad.
Esther prepara "la bolsa": es una bolsa estanca de 20 litros comprada en Decathlon. En ella van el libro de bitácora, dinero y tarjetas. La documentación de todos incluido el barco, un walkie talkie sumergible y una linterna también sumergible. La deja al lado de la entrada. Luego se va a proa y saca la funda a la balsa salvavidas y desdenrolla la "zodiac". "Por si acaso". Es la segunda vez que preparamos "la bolsa". La primera vez la preparamos tras una semana de temporal non stop y sin piloto automático, lejos todavía de nuestro destino. La guardamos no se donde y llegando a Azores no recordábamos ni haberla hecho. Así pues estuvimos dos dias buscando la pasta, los pasaportes, etc...

Avanzamos entre rocas, perdidos. Sospecho que nos lleva una corriente. Un mercante embarrancado a nuestro estribor me recuerda una escena de Apocalypse Now en la que sale una cola de avión asomando en el río. 
¡Ya tenemos sonda! Marca a menos de 100 m. de profundidad. Intuimos más barcos hundidos un poco mas allá... las horas pasan. Sigue el "slalom" sin rumbo. Lo de la "Non Trubada" lo empiezo a entender...

Horas y horas dando vueltas esquivando rocas y barcos hundidos. Visibilidad pésima. 
A media tarde la visibilidad mejora ligeramente y Gerard descubre una mancha de arena.

Por fin Gerard (en proa) divisa una playa o mancha de arena almenos. Vamos a fondear.
Acabamos de fondear con las últimas luces del día delante de una pequeña playa. Parece un buen fondeo. Estamos agotados.
¡Botella de cava! ¡Lo hemos conseguido!! No soy un pirata experimentado del s.XVI, pero aquí estamos. Creo que hemos tenido mucha suerte. Cena.
Alrededor silencio y oscuridad.
"¿Papa, si encontramos huellas de gigantes en la playa qué hacemos?" pregunta Gerard..."Supongo que nos volvemos al barco volando!" le contesto. Claro. Podemos encontrar qualquier cosa: virus, fieras, aliens, una secta, nativos caníbales ultranacionalistas hostiles, King Kong, el hombre pez, la Atlántida, una base nazi oculta, el paraiso... ¿porqué nadie va aquí?
Mañana veremos, pero tal vez sería prudente no desembarcar.
No ponemos la luz de fondeo y vamos a hacer guardias esta noche.

Cenita y a dormir, aunque haremos guardias. Ni una luz en tierra.